La chocolatería Santo Cacao, con sede en Temuco, llegó buscando financiamiento a Üin con el objetivo de llevar el negocio a un siguiente nivel que les permita crecer a través de la contratación de más personal y mayor capacidad de producción.
Experiencia y ganas
Con más de 15 años de experiencia trabajando en una fábrica de chocolates, Claudia Guerra decidió que contaba con los conocimientos y capacidades para poder montar su propio emprendimiento chocolatero en Temuco, Región de la Araucanía, e independizarse en el ámbito laboral.
Guardando las proporciones y orientada a un público mucho más reducido en comparación a la gran empresa de la que venía su fundadora, nació Santo Cacao, una pyme que provee de bombones, barras y otras variedades de chocolate a negocios de la ciudad. Pero también a clientes particulares, que durante el confinamiento producido por la pandemia del Covid-19, se transformaron en los principales consumidores de esta joven marca.
“Santo Cacao nació hace unos cuatro años, pero cuando nos formalizamos llegó la pandemia. En esa época estábamos solo con pedidos chicos. Esos son los clientes que siguen en contacto hasta el día de hoy”, relata Claudia Guerra, que declara que a pesar de que esos pedidos se traducen en más trabajo manual, debido al cariz personalizado de cada producto, representan un pilar fundamental en su emprendimiento.
Pero a medida que el negocio crece, las necesidades de inyectar financiamiento también lo hacen. En ese ánimo de acceder a nuevos capitales, como pyme postularon a algunos fondos estatales y finalmente llegaron a Üin. “Es muy interesante que un privado entregue financiamiento a pequeñas empresas”, comenta Claudia Guerra, cuya alianza con Üin comenzó hace poco más de un mes.
Qué se ve en el horizonte
El dinero del préstamo de Üin tiene un destino claro: contratar un nuevo miembro para el equipo productivo, que hoy funciona con Claudia y su madre, quien a su vez aprovecha su formación como diseñadora gráfica para desarrollar la imagen de la marca. El resto del dinero se ha utilizado para ordenar el flujo de caja, y así la inyección de financiamiento provisto por Üin les permite crecer como negocio y llevar la pyme a un siguiente nivel.
“Es como que un amigo anónimo te preste plata”, comenta la fundadora de Santo Cacao, que denomina a Üin como un “compañero desconocido”, y valora la idea de poder acudir a un privado que, además, exige mucho menos papeleo que la banca tradicional para concretar los préstamos.
“Uno como emprendedor siempre da la pelea solo, es ideal que te ayude alguien”, concluye Claudia Guerra, que en su emprendimiento Santo Cacao aporta al medioambiente a través de la utilización de envases reciclables y materia prima producida localmente. Así, contribuye a la meta de impacto 360º promovida por Üin.